Sencillamente, la economía circular mantiene materiales, productos y servicios en circulación por el mayor tiempo posible.
En términos más complejos, la economía circular es un sistema en el que los materiales nunca se convierten en residuos y la naturaleza se regenera. En una economía circular, los productos y materiales se mantienen en circulación mediante procesos como el mantenimiento, la reutilización, la renovación, la refabricación, el reciclaje y el compostaje. La economía circular aborda el cambio climático y otros retos mundiales como la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación desvinculando la actividad económica del consumo de recursos finitos.
Su impacto es y puede ser aún más destacado, pues se propone a reducir efectos del calentamiento global y preservación de condiciones de vida en el mundo.
La economía circular viene ganando un espacio destacado en el mundo. América Latina y Caribe forman una región estratégica que puede beneficiarse no solo en lo aspecto ambiental, sino económica y socialmente de ella.
¿Y qué ponemos traer de la economía circular al mercado de empaques flexibles?
A través del diseño, materiales y organización de la cadena, podemos disminuir los residuos y la contaminación, hacer circular productos y materiales y regenerar la naturaleza, creando una economía que beneficie a las personas, las empresas y el mundo natural.
Obviamente esta no es una tarea sencilla, ya que la utilización del plástico y sus daños siguen siendo un desafío inmenso para el mercado consumidor de todo el mundo.
En América Latina, una región llena de biodiversidad y privilegiada por la cantidad de materias primas y posibilidad de una producción endémica, podría ser una gran vanguardia en todo ese proceso.
Con el cambio climático, la contaminación por plástico y una ocupación urbana desordenada, además de la gran utilización de materias primas y generación de residuos, urge tener políticas públicas y empresas que sean capaces de contribuir a alternativas y sacar la región del riesgo y daños que ocurren en diversos países.
¿Qué necesitamos hacer para el cambio en la práctica?
Para avanzar en ese proceso, son importantes los tres R: Reducir (uso mínimo de materias primas); Reutilizar (reutilización máxima de productos y componentes) y Reciclar (reutilización de alta calidad de las materias primas). En particular, América Latina y Caribe tienen un gran desafío y esta alternativa sería una salida con impactos ambientales, económicos y sociales.
Lo primero elemento de impacto que puede ser repensado es el plástico. La región concentra el 4% de la producción mundial de plástico virgen, la producción de envasado representa el 40% de la mundial. Aunque la región también produce una mayor cantidad de bioplásticos (hechos de fuentes de combustibles no fósiles), el 9% para el etanol en Brasil, eso, desafortunadamente, no significa que toda la cadena se base en economía circular.
¿Qué expresan las limitaciones de hoy?
Es necesario un profundo cambio en la relación con los plásticos y eso puede venir a través de los empaques y embalajes flexibles, con la utilización de la tecnología que constituye hoy el BOPP (el polipropileno biorientado).
Parece simple si vemos la cantidad de posibilidades, materiales y mercado en la América Latina que podrían beneficiarse de esos cambios, pero hay un camino largo a recurrir, y eso puede ser una gran contribución de las empresas productoras de BOPP y empaques flexibles en los próximos años.
Los envases de la economía circular se basan y se basarán en las tendencias, necesidades y exigencias de un público y un mundo mucho más preocupado con el futuro, ya que el presente preocupa sobremanera y deja una gran incertidumbre a respecto de cual mundo dejaremos y en qué medida será habitable para futuras generaciones.
¿Cómo una empresa comprometida con la sostenibilidad puede beneficiarse?
Los envases diseñados para adaptarse a ese nuevo momento, a una economía en la que sean absolutamente necesarios y reutilizables, reciclables o compostables, mientras que los artículos y materiales problemáticos e innecesarios son eliminados, son una contribución importante y que puede traer una visión muy benéfica de las empresas frente a los consumidores. La responsabilidad con la sostenibilidad es una de las cosas más valoradas hoy y seguirá cobrando importancia en los próximos años, haciendo de las empresas pioneras o más bien ubicadas y comprometidas un espejo a reflejarse en las demás.
¿Ese es el camino para los plásticos y embalajes flexibles con tecnología BOPP?
Los envases de plástico se reutilizan ampliamente en varias aplicaciones, al tiempo que proporciona una mayor comodidad y soluciones asequibles para los clientes. Al final del uso, los envases de plástico se recirculan de nuevo al sistema a través de una clasificación, recolección, logística y tecnología efectivas en cadenas de reciclaje.
Los beneficios de tales modelos no son solo económicos y ambientales: pero también sociales, ya que las poblaciones con los ingresos disponibles se benefician particularmente de la reducción de costos que ofrecen dichos modelos y en cadenas de reciclaje en las cuales son incluidos los trabajadores de la región.
Cuales son los retos más destacados
Al menos 10 mil millones de dólares son producidos a nivel mundial al reemplazar solo el 20% de los productos de un solo uso envases de plástico con alternativas reutilizables. Hay un mundo de desechos y basura creado a cada día y que necesita soluciones efectivas y por qué no decir, rápidas.
En cifras globales, una economía circular para los plásticos podría reducir las emisiones globales de GEI de su producción, uso y final de vida útil en al menos un 25% para 2040, mientras que también genera ahorros de $200 mil millones por año. La mayor parte de la reducción afectaría las etapas de uso y fin de vida útil.
Es importante que empresas y gobiernos puedan ver lo posible que es esa adaptación y como las consecuencias del hecho pueden traer una vida con más calidad al planeta y atraer una responsabilidad social a las empresas, todo eso convirtiéndose en autoridad, respeto y clientes satisfechos con el impacto real que ese cambio puede proporcionar.
